Ingredientes:
1 kg. de harina de centeno
50 grs. de levadura fresca
600 cc. de agua tibia
1 pocillo de aceite de oliva
1 cucharada sopera de miel
1 cucharada sopera de sal marina
Preparación:
En un recipiente colocar una taza y media de agua tibia (la mitad del total de agua) y disolver la levadura y la miel. Tapar con un repasador y dejar fermentar unos 10 minutos como mínimo.
En la otra mitad del agua, o sea en otra taza y media de agua disolver la sal. Como la sal frena el trabajo de leudado se añade recién al final a la masa.
Empezar mezclando la mitad de la harina (500grs.) con el agua, la miel y la levadura ya activada. Hacer un bollo que se deja reposar alrededor de 30 a 40 minutos en un lugar tibio de la cocina.
Al cabo de ese tiempo el bollo habrá levado y es momento de incorporar el resto de la harina (los otros 500grs.), el agua con la sal y el aceite, amasar bien todo y volver a leudar.
Aquí es importante resaltar que para la harina de centeno es ideal dejar levar el bollo varias horas. Por ejemplo es práctico hacerlo y dejarlo toda la noche a una temperatura templada (15/18ªC) en un recipiente tapado con un repasador.
A la mañana se amasa brevemente y se separa en bollos del tamaño de un puño.
Colocar los bollitos en una asadera aceitada y hacerles un leudado final con el horno encendido y bajito, colocando la asadera en la puerta del horno abierta.
Finalmente se pueden pintar con aceite los panecillos y hornear unos 30 0 40 minutos en horno precalentado y a fuego bajo.
Una variante, puede ser saborizar los panes, para ello, luego del leudado largo -el que hicimos por varias horas- tomar la masa estirarla, espolvorearla con semillas, condimentos o con por ejemplo cebolla picada muy chiquita, enrollar la masa haciendo una especia de cilindro que cortaremos entonces en las porciones del tamaño de un puño a las que le damos la forma de panecillos.
Las semillas pueden se ser de sésamo, lino, girasol, chía, amapola, hinojo, comino, etc.
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